Dices que oyes
voces en tu cabeza y que no te dejan tranquila. Dices que hablas con ellas. ¿Y
por qué no hablas con nosotros? Me gustaría saber qué esperas conseguir con
todo este tinglado. No te das cuenta de que estás perdiendo parte de tu vida.
¿O es eso lo que quieres? Todos tenemos problemas y oímos voces, ¿sabes? Eso es
lo que tú no te crees, piensas que eres única. La única que sufre por su
cuerpo, porque no consigue lo que espera, porque no encuentra su lugar. Pero
nuestras voces interiores las acallamos todos como podemos, porque si no ellas
pueden contigo. Y hacemos oídos sordos e intentamos vivir la vida lo mejor que
sabemos y nos vamos equivocando y entre error y error somos felices.
Ojalá no
esperes más, hasta que pierdas lo que tienes para valorarlo. Entonces verás que
era mucho. Seguro que sabes que el tiempo no vuelve atrás. Por si acaso, te lo
recuerdo con unos versos: Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender
más tarde; el poema se titula “Nunca volveré a ser joven” y es de Jaime Gil de
Biedma. Estas voces son las que tienes que meter en tu cabeza, la de los
poetas, la de los escritores que cuentan una y otra vez lo que tú crees haber
inventado: la soledad, el miedo, la tristeza, la inseguridad... En los libros
encontrarás todo lo que buscas. Y en las personas que te rodeamos, las de carne
y hueso. Con voluntad de ayudarte. ¿Por qué no nos escuchas? Oír voces no es un
problema, como todo, si tú sabes manejarlo.
CDR
Uno empieza a comprender más tarde casi todo, por desgracia.
ResponderEliminarMª Ángeles