Aleja de mí
los malos pensamientos
que me acechan
como un escualo
merodeando por los mares
de mi conciencia.
Dame fuerzas para enfrentar la vida
cara a cara,
con lo que venga;
que los nubarrones negros
no cubran mi cielo
azul y raso,
mi cielo de estrellas.
Quítame este peso
de los hombros,
que quiero ser ligera
como una pluma,
despreocupada,
hasta que lo malo suceda.
Y ciérrame los párpados
con un sueño
tranquilo y sereno
como un remanso
de agua queda,
que quiero dormir,
abandonarme,
y que la vida no duela.
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CDR
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