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viernes, 29 de junio de 2012

NO SOMOS NÚMEROS

A los señores y las señoras políticos y políticas de pacotilla de este país, quisiera gritarles en su cara que no somos números. Que detrás de sus Órdenes, Reales Decretos, medidas, recortes, tejemanejes y cagadas varios, habemos personas, sí, seres humanos que sufrimos las consecuencias de sus brillantes ideas. En sus bonitos despachos con aire acondicionado mueven las fichas de nuestro destino como si jugaran al ajedrez. Y lo que es peor, ni siquiera se molestan por nuestra suerte, hacen y deshacen pensando única y exclusivamente en sus intereses. Unos y otros, unas y otras, da igual el partido, porque "nuestros" políticos no entienden de ideales, sino de números. Cuentan votos, cuentan popularidad, cuentan prima de riesgo y cuentan cuánto van acumulando en sus bolsillos. Aquellos que les votamos, engrosamos la estadística de su prestigio, nos vemos afectados por la subida y bajada de los tipos de interés, y jamás por mucho que trabajemos en nuestra vida veremos ni una mínima parte de lo que ellos cobran, les traemos sin cuidado. Por eso ya me da igual todo, que se venga el país abajo. Eso haría falta para que toda esta escoria que ocupa las altas esferas se fueran a su casa y aflorara por fin la inteligencia, el sentido común y la coherencia.
Estoy cabreada e indignada por lo que a mí me está pasando, pero aún más porque sé que no soy un caso aislado. Sé que habemos miles de personas en situaciones similares, cada una en sus circunstancias. Y todos tenemos en común la impotencia y la estupefacción de quien no entiende cómo es posible lo que sucede. Señores y señoras, ¿para qué prometen lo que no pueden cumplir? Ah, claro, para que les votemos y luego ustedes nos mandan a tomar por culo. Ese es el programa electoral de todos los partidos. Por eso mismo aquí en Andalucía, que tanto han criticado a otras Comunidades Autónomas, han hecho ustedes un concurso de traslados maravilloso, rebosante de plazas, se han mosqueado cuando les han impugnado unas oposiciones, y han concedido comisiones de servicio a diestro y siniestro. Para que ahora nos digan que no cabemos en los centros que nos han asignado, que la plaza que salió en abril ya no existe. Para que se nos acentúe la cara de tontos que se nos quedó cuando se cebaron en nosotros como causantes de todos los males. Así que ya han conseguido que al menos una parte del profesorado no tengamos vacaciones en julio, porque ahora nos toca una peregrinación de ventanilla en ventanilla para que alguien nos diga dónde vamos a estar en septiembre. Pero no se preocupen, ya había anulado el viaje que tenía previsto. Y eso mismo voy a seguir haciendo, huelga a mi manera, sin comprar, sin viajar, sin votar. Cosas insignificantes, de las que ustedes ni se van a dar cuenta.
En fin, que en pleno siglo XXI, en plena democracia, no tenemos ni siquiera el derecho a poder planear nuestra vida. Porque dependemos de unas cabezas pensantes a las que les importa un comino que yo me haya empadronado en el pueblo de mi destino definitivo -ya que si no, mi marido no obtiene la tarjeta sanitaria-, que tenga un piso con cuyo alquiler ya me he comprometido para septiembre y que tenga ahora que desmantelarlo, coger todas mis cosas y esperar entre bultos y embalajes a dónde tengo que ir. Sí, es genial ser profesor. Porque así conocemos muchos lugares, tenemos la oportunidad de hacer muchas amistades, efímeras, eso sí, y no nos encariñamos de ningún sitio porque ya no sabemos dónde está nuestro hogar.

CDR

1 comentario:

  1. Desde el despacho se planifica todo de maravilla. Elos son así, tienen la cabeza llena de serrín, ¡lastima! Sólo pido que algún día lo puedan sufrir en su propio pellejo.
    Tati.

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