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martes, 26 de junio de 2012

SALUD

"A tu salud" es una de las expresiones más típicas al hacer un brindis. Aunque hay diferentes explicaciones sobre su origen, yo me quedo con la de que la salud es lo mejor que se puede desear.
Dice la canción "salud, dinero y amor". Y desde luego el que tenga estas tres cosas es afortunado y debe estar agradecido. Sin embargo, la salud es lo primordial . ¿De qué sirve lo otro si no nos encontramos bien o más aún si nos morimos? El dinero, sobra con el necesario para vivir; el amor nos llena de felicidad; pero la salud es indispensable.
Y reitero lo que ya he dicho aquí varias veces: no valoramos lo que tenemos. ¿Acaso apreciamos cada mañana el hecho de sentirnos bien, de levantarnos sin notar dolor? ¿Disfrutamos de cada comida y de nuestras digestiones? ¿Sonreímos al subir y bajar las escaleras sin esfuerzo y sin limitaciones? En fin, ¿estimamos en su justa medida nuestra salud? No quizás hasta que empezamos a notar que se deteriora. Cuando algo nos sienta mal, juramos que nunca más nos excederemos. Pero volvemos a hacerlo. Cuando pasamos una gripe, nos damos cuenta de lo malo que es estar enfermo. Pero luego se nos olvida. Cuando el médico nos da una alerta, que luego resulta ser falsa, suspiramos de alivio y hacemos propósito de enmienda. Pero qué poco nos dura. Cuando alguien cercano enferma o fallece, prometemos cambiar, disfrutar, estimar. Pero seguimos igual.
Sin ir más lejos, sólo en estos últimos tres días he conocido la muerte de dos personas, que ni siquiera son próximas a mí. Los dos jóvenes, los dos por enfermedades injustas y dolorosas, implacables como un violento huracán arrasador. Eso pasa continuamente, no se puede sufrir por todo el tormento ajeno. Pero sí podemos reflexionar. Y vivir felices con lo que tenemos. Y dar gracias por estar sanos. Otra de tantas cosas que consideramos preceptiva, como si se nos otorgara sin condiciones. No, no, cuidemos nuestra salud porque ella puede ser el origen de nuestra máxima felicidad o de nuestra máxima desgracia.
Ya saben que todo tiene solución, menos la muerte.

CDR

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