En estos días estamos saturados de partidos, políticos y de fútbol. Pero partidos hay muchos y bien está que vayamos conociendo otros, ampliando nuestras miras.
Por supuesto, el participio del verbo partir.
En heráldica, dícese del escudo, pieza o animal dividido en dos partes iguales.
Como adjetivo, es franco y que reparte con otros lo que tiene. Posiblemente alguien así sería un buen partido, aunque su posición económica no fuese boyante.
Cuando tomamos partido, no somos imparciales, nos acercamos a quienes tienen nuestra misma opinión. En la jerga militar, esta expresión significa alistarse para servir en las tropas de un ejército los que eran del contrario.
Todos queremos sacar partido, claro, quién no gusta de gozar de un provecho o beneficio.
Pero a veces, es necesario tomar otro partido para conseguir nuestro propósito.
Aunque verdaderamente, algunos sí tienen partido para lograr favores y privilegios.
Y si nos damos a partido es que hemos cedido en nuestro empeño o parecer.
Entre estos, inevitablemente, encontramos los arriba mencionados: conjunto o agregado de personas que siguen y defienden una misma causa; competencia concertada entre los jugadores de distintos bandos.
Quizá habría que revisar estas dos últimas definiciones. Porque resulta que ahora en los partidos de fútbol se tratan asuntos políticos, se deciden soberanías, mientras que en los partidos políticos se pasan la pelota de unos a otros, regateando con nuestro bienestar.
Como en los partidos robados, muchos sentimos que existen tantas ventajas para algunas partes, que los otros no tenemos defensa.
CDR
Cuando en los partidos políticos se tiran la pelota unos a otros, deberían abrirles la cabeza, para sacarles el serrín que llevan dentro.
ResponderEliminarPor cierto ¡qué partido le has sacado tú a esta palabra en esta entrada!
Tati.
¿Y si no tomáramos partido...?
ResponderEliminarEl poder, indiscutible, de las palabras, sin duda.
Pmd.