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jueves, 27 de diciembre de 2012

ELOGIO DE LO BREVE


Bien conocida es la sentencia de Gracián “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. No es aplicable a todo, desde luego, hay cosas extensas, maravillosas. Pero la brevedad es indispensable en las paremias, enunciados concisos y directos que nos mueven a la reflexión. Si nos detenemos a pensar en ello, nos daremos cuenta de que en poquísimas palabras se puede condensar toda una ideología, una enseñanza vital que siempre nos será útil.

Como dijo Voltaire, “Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males”. Bien sean aforismos, adagios, refranes, citas o proverbios, estos pensamientos nos aportan cultura, sabiduría, experiencia y consejo. ¿Quién no ha echado mano de esta cura alguna vez? Al menos, nos alivia su aplicación universal e igualatoria.

Aficionada como soy a los aforismos, he leído con entusiasmo el último libro del granadino Juan Varo Zafra, Mudo pez en el mar (e.d.a, 2011) y no me ha decepcionado. Se trata de una curiosa recopilación en la que se mezcla el aforismo puro con reflexiones personales, estéticas y psicológicas algo más dilatadas. Desde la crítica a situaciones actuales verdaderamente execrables, hasta vivencias propias en Valladolid, desde ideas inspiradas en grandes autores hasta instantes íntimos plasmados con sinceridad, Varo Zafra nos lleva de pensamiento en pensamiento por un camino de erudición en el que nunca nos encontramos perdidos. Bien al contrario, pronto haremos nuestras muchas de sus sentencias. Me quedo con una: “No es tanto saber el día ni la hora, sino si hemos de aguardar con miedo o con esperanza”. Hay muchísimas para elegir.

CDR

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