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lunes, 2 de septiembre de 2013

ESTILOS

Por si no lo saben, el primer estilo que aparece en el Diccionario de la Real Academia es el punzón con el que escribían nuestros antepasados griegos y romanos en tablillas de cera. ¿Por eso hay algunas marcas de bolígrafos y plumas que se llaman Stylo? Seguramente.

Más conocidos son los modos, maneras y formas de comportamiento. Cuánto dejan que desear algunos de estos. No menos que ciertos usos, prácticas, costumbres o modas.

Y hablando de moda, si una persona viste con gusto, elegancia o distinción se dice que tiene estilo. Aunque ya saben que el hábito no hace al monje. O que aunque la mona se vista de seda... Y es que es demasiado habitual encontrar personas con estilo en el vestir sin la más mínima clase en su conducta.

Por otra parte, a la manera de escribir o de hablar peculiar de un escritor o de un orador se le llama estilo. Y se puede crear escuela. ¿Qué me dicen del estilo cervantino? Siguiendo en el arte, también el carácter propio que da a sus obras un artista plástico o un músico es un estilo. Igualmente tiene sus adeptos. Más en general, se define como estilo al conjunto de características que individualizan una tendencia dentro de una época determinada. Todo esto suele clasificarse a posteriori, claro. O solía, porque actualmente somos muy dados a la imitación prematura y desmedida, sin necesidad, por cierto, de que los modelos sean genios.

En el deporte, también encontramos estilos, ya que así se denominan las diferentes formas de realizar una modalidad deportiva.

En botánica, un estilo es una columna pequeña, hueca o esponjosa, existente en la mayoría de las flores, que arranca del ovario y sostiene el estigma.

Y en el léxico marino, la púa sobre la cual está montada la aguja magnética, ¿adivinan?, se llama estilo.

Ahora saltamos el charco para averiguar que en Argentina y Uruguay, el estilo es una composición musical de origen popular, para guitarra y canto, de carácter evocativo y espíritu melancólico.

Ya ven, volvemos a la melancolía con que arrancábamos ayer. Mezclada hoy con una especie de cabreo y cansancio retestinado. Enciende una la televisión después del letárgico mes de agosto y se encuentra exactamente lo mismo de siempre, si no peor. Señoras muy arregladas y caballeros trajeados despotricando unos de otros -con estilo pero sin el menor estilo-, reuniones para reflexionar sobre las pensiones, fechas para la inminente reforma de la ley del aborto, transferencias millonarias del papá soberano a su princesita, y una cuestión lanzada al aire para que ahora, con la vuelta al cole, se ponga más en entredicho la profesionalidad de los docentes. Y yo me pregunto, imitando el estilo de quienes nos bombardean día sí, día también con su mierda: ¿están nuestros políticos suficientemente preparados para gobernar un país, para hacer oposición, para hacer algo más allá de llenar sus bolsillos y machacar a los demás en una búsqueda de autodefensa a su ineptitud? Sus errores son mucho más graves que no saber que un caracol es un molusco. O algo por el estilo. Como soy profesora no lo sé seguro.

CDR

2 comentarios:

  1. Ellos están creídos de gobernar bien y además, que lo hacen con estilo.
    Yo, sin embargo, creo que lo hacen mal y que desconocen el significado de la palabra "estilo", como el de otras muchas, claro.
    Tati.

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