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lunes, 30 de septiembre de 2013

RESPLANDECIENTE

No veo mucho la tele, se podría decir que nada. Pero en las contadas ocasiones en que me encuentro delante de ella y le presto algo de atención, es frecuente ver anuncios publicitarios más que otra cosa, a no ser que se trate de la pública, claro. Siempre me he fijado en la publicidad, me parece algo importante y digno de análisis. La conclusión que saco, en general, es que los anuncios comerciales son bastante ruidosos, engañosos y tópicos, entre otras cosas.

Claro que hay mensajes publicitarios que me gustan, especialmente los que se refieren a conceptos (anuncios solidarios o de concienciación vial, por citar dos ejemplos). Sin embargo, los que muestran productos me agradan mucho menos.

Pero, oh, sorpresa, este fin de semana he visto el que hoy por hoy sería mi anuncio favorito. Y no se sorprenderán cuando les diga que se trata del que ha lanzado la Academia de la Publicidad para celebrar el trescientos aniversario de la RAE. Les diré que no he elegido este spot por el simple hecho de que se refiera a esta importante institución para nuestro idioma. Sino porque me ha resultado un anuncio original, divertido y creo que necesario para que los espectadores se conciencien de que un mal uso ensucia la lengua.

Verán (por si aún no lo han visto). Se trata de un anuncio que imita al típico de un producto de limpieza. Un niño derrama un tarro de mermelada y la madre, muy enfadada, le pide que limpie rápidamente el desaguisado, utilizando palabras y expresiones incorrectas -fambruesa, estropiciándolo, en de que venga, floresciente-. El problema se soluciona en la siguiente secuencia con el Diccionario de la Real Academia, con el que la madre, ya más relajada, pide a su hijo lo mismo de antes pero correctamente. Es decir, como un detergente elimina las manchas de una superficie, el DRAE corrige y limpia las incorrecciones de la lengua. El spot acaba con el lema "Limpia, fija y da esplendor" (utilizado cual "la prueba del algodón"), con el que se pone de relieve -se recuerda, se da a conocer, además- la vocación de utilidad colectiva que tiene la Academia.

Por favor, más iniciativas como esta. Porque la labor de la RAE es preservar nuestra lengua y debe verse como una institución activa y actual. Por su parte, la publicidad, que utiliza la lengua como una de sus herramientas fundamentales, tiene también una gran responsabilidad en este tema.

CDR


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