Recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga.
Aprobar, dar por bueno, acceder a algo.
Asumir resignadamente un sacrificio, molestia o privación.
Bellas definiciones, tan difíciles de realizar.
Lo cierto es que las cosas no pueden salir como uno quiere y por ello lo mejor es aceptarlas tal y como suceden.
Pero, ¿cómo?
Dijo el pensador suizo Denis de Rougemont: "La felicidad solo puede existir en la aceptación."
Y dijo William James, filósofo estadounidense: "La aceptación de lo que ha sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia."
Todos estos pensamientos y formulaciones teóricas, ¿se pueden llevar a la práctica?
¿Sí?
Entonces, tarea pendiente: aceptar la realidad.
CDR
Pues, eso, aceptamos... y nos congratulamos de que vayamos aprendiendo cada día. Gracias bloggera por tan sabios consejos.
ResponderEliminarPmd.
No nos queda más remedio: aceptar la realidad, aunque a veces sea extremadamente dura.
ResponderEliminarTati.