Vistas de página en total

jueves, 16 de enero de 2014

CONCIENCIA PLENA (I)

Mi predisposición hacia los temas de terapias naturales, alternativas de vida, caminos espirituales, etc. es muy positiva, lo que me lleva a leer y a practicar sobre ello todo lo posible.

De esta manera, en los últimos meses he descubierto algo llamado mindfulness, sobre lo que voy a contarles a continuación las impresiones que he recogido en el poco tiempo que llevo en contacto con esta técnica de meditación.

El término mindfulness se traduce como atención o conciencia plena. Tiene que ver con la percepción sin interferencia del pensamiento y con generar autoconocimiento. El mindfulness procede del sánscrito, pero en la actualidad se ha desligado de cualquier vinculación religiosa y su fundamento es científico; existen numerosos estudios psicológicos y neurológicos que lo contemplan como una disciplina dentro de su ámbito.

En la sociedad en la que vivimos estamos continuamente estresados por las múltiples ocupaciones que tenemos, vivimos hacia afuera, y no tenemos tiempo de dedicarnos a nosotros mismos, de pararnos y mirar hacia adentro. Cuando nos sentimos estresados, debemos detenernos y analizar qué es lo que nos estresa. Y preguntarnos: ¿nos conocemos a nosotros mismos?, ¿somos realmente felices con la vida que llevamos?, ¿podemos delegar alguna de nuestras responsabilidades?, ¿podemos hacer algo para cambiar lo que nos preocupa,altera, entristece o perturba?, ¿qué aspectos externos de nuestra vida influyen en el estrés que sentimos? La mayoría de ellos no los podremos cambiar. Por eso, debemos desarrollar las habilidades necesarias para gestionar esos aspectos. En definitiva, consiste en cambiarte tú por dentro. Si no puedes cambiar lo de afuera, cambia tú para poder lidiar con ello. Cambiar la relación que tienes con lo que te desagrada.

Se trata de una actitud de aceptación, que no significa pasividad ni conformidad, sino un reconocimiento de lo que es (permitir a la vida ser lo que es). Dejar de oponerte a lo que es para simplemente contemplarlo y poder gestionarlo. Si tenemos la cabeza pegada a un cuadro, no lo vemos, ¿verdad? Si nos alejamos un poco, solo veremos una parte, ¿no? Tendremos que alejarnos a una distancia adecuada para verlo en conjunto, como un todo. Pues el mindfulness consiste en aprender a mirarte por dentro, pero manteniendo una serie de actitudes mentales mientras lo haces. Y tendremos en cuenta a la hora de tomar conciencia plena los siguientes aspectos: el cuerpo físico, la respiración, y la actividad mental (cognición y emociones).

El pensamiento se forma con palabras, es como una voz interior en nuestra cabeza. Y esa voz no cesa, recordándonos lo que tenemos que hacer, los problemas que nos acucian, las cosas que nos molestan... Esa voz continua es nuestro más duro crítico y nos hace sufrir. Por eso debemos trascender el pensamiento, ser capaces de verlo desde arriba y manejarlo. Aprender a enfocarlo de forma que nos beneficie.

Cuando estamos estresados somos como una olla a presión... y nuestro cuerpo empieza a fallar. El cuerpo está sobrecargado y enfermamos. Pero si aliviamos esa tensión -mediante la concentración-, daremos la oportunidad a nuestro cuerpo de autocurarse, pues tiene esa capacidad. Debemos facilitar que la naturaleza pueda hacer su trabajo. Nosotros podemos ser, en ocasiones, nuestro propio médico y psicólogo.

Así, se puede decir que tenemos un tesoro debajo de la cama y nos vamos a mendigar a la calle. Y es que, igual que nos cuidamos físicamente (higiene, alimentación...) a diario, también debemos cuidar y limpiar nuestro interior. Para esto nos sirve el mindfulness.

Si aprendemos y desarrollamos esta conciencia plena de nosotros mismos, cuando nos surja un problema, un dolor muy fuerte, cuando la vida nos golpee... siempre tendremos un lugar al que acudir para refugiarnos. Ese lugar está en nuestro interior.

CDR

3 comentarios:

  1. Magníficos pensamientos, dignos de ser tenidos en cuenta.
    Pmd.

    ResponderEliminar
  2. Buenos consejos, intentaremos aplicarlos.
    Tati.

    ResponderEliminar
  3. A mí siempre me ha producido cierta inquietud navegar hacia mis adentros ...¿Y si no me gusta como soy?

    ResponderEliminar