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sábado, 29 de marzo de 2014

COMO UN PUZLE

Llegó la primavera pero no el buen tiempo con ella. El viento y las nubes son los protagonistas de esta mañana de sábado que nos invita a leer. Para empezar, una original propuesta de un joven escritor que, tras un esplendoroso debut en 2011 -el libro de relatos que hoy recomendamos- no sorprendió un año después con una  magnífica novela, de trama apasionante, El anarquista que se llamaba como yo, de la que nos ocuparemos otro día.

Ser un desconocido en el panorama literario es muy negativo si tu mayor sueño es ser escritor y vivir de ello. Sin embargo, debe ser un orgullo que una pequeña pero acreditada editorial como e.d.a. publique tu libro de relatos. De ahí a la fama no hay más que mucho trabajo y demostrar lo que vales. Esto precisamente es lo que le ha ocurrido a Pablo Martín Sánchez (Reus, 1977), licenciado en Arte Dramático, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, que, tras hacer algunos pinitos literarios, consiguió presentar su primer libro Fricciones (2011). Una colección de veintisiete narraciones cortas. Es posible que el título nos lleve a engaño, pues no se trata de literatura erótica. Las fricciones, amén de un homenaje a la obra de Borges, se refieren al contacto con otras lecturas, con otros textos, con otros autores. Y desde luego se nota el bagaje cultural del escritor y la asimilación de múltiples estilos. De manera que el libro se convierte en una especie de collage en el que la fantasía, el humor, la autoficción, el hipertexto, la metaliteratura, la vida y la muerte son mezclados con la astucia y la habilidad de un cuentista experto. Partiendo de la idea de que escribir es más bien reescribir, el joven autor se dedica a tergiversar, modificar y hacer propios personajes, situaciones e incluso frases de otros escritores para crear su universo de fricciones. En realidad, un gran puzle que el lector debe ir encajando sin otra herramienta que la especulación.

Las piezas que conforman este puzle se agrupan en tres partes, siguiendo con el campo semántico y la dilogía erótica planteada en el título: Roces, Caricias y Abrazos. El criterio parece haber sido la intensidad de los relatos, pues en la primera parte las historias son más breves y sutiles (9, Rue Truffaut o Mirando las flores del lado de las raíces) -si bien la suavidad no caracteriza a ninguno de los cuentos-, mientras que en la segunda parte encontramos textos más elaborados y meditados (Rodolfo dedos de lápiz o A las tres y veinte más o menos), y en la última parte sin duda se recogen los más duros, extensos y plenos de todo lo que Pablo Martín quiere mostrar (Accidente), la vida misma a través de la literatura.

Deudor de una ciencia paródica llamada Patafísica, el escritor catalán exhibe en este libro de lo que es capaz: enganchar al lector desde la primera página con un estilo sencillo a veces, más cuidado cuando toca, narrar con un lenguaje preciso y una prosa fluida, jugar con experimentos hilarantes que, no obstante, dejan un poso de reflexión. Y, sobre todo, más allá de las alusiones ajenas, Fricciones es única, una obra personalísima que dice mucho de su autor.

No se pierdan a esta joven promesa de nuestra literatura.

Y ¡feliz lectura!

CDR


2 comentarios:

  1. Estupenda propuesta. No debemos perder de viata a Pablo Martín Sánchez.
    Pmd.

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  2. Intentaremos encajar las piezas del puzle.
    Tati.

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