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sábado, 24 de mayo de 2014

PELOTAS

Pelota, del homónimo provenzal que a su vez proviene del latín pĭla

Una de las definiciones de pelota es bola de materia blanda, como la nieve, el barro, etc., que se amasa fácilmente. ¡Quién no ha disfrutado haciendo bolas después de una nevada! Y qué buenas están las pelotas -bolas de carne y pan- caseras que preparan las madres para el cocido.

También es una pelota la bala de piedra, plomo o hierro, con que se cargaban los arcabuces, mosquetes, cañones y otras armas de fuego.

Y la batea de piel de vaca que usaban en América para pasar los ríos personas y cargas.

Cómo olvidarnos, además, del eterno pelota, persona aduladora, que hace la rosca, para conseguir algún beneficio a cambio, claro.

Sin embargo, la acepción más conocida es la de bola de materia elástica que le permite botar, y que se usa en diversos juegos y deportes. Mundialmente conocida como balón. De hecho, ahora mismo está rodando una por un campo luso que tiene en vilo a miles y miles de personas. Y así todo el año: Liga, Copa, Champion, Eurocopa... y en unos días el Mundial de Brasil. Encima España es favorita. ¡Tiene pelotas! Como si no hubiera cosas más importantes.

Sin ir más lejos, las elecciones de mañana. ¿No van a ir a votar? Muchos perderán esa oportunidad precisamente porque están en Lisboa. Todos estamos hastiados de la clase política, por eso mismo hemos de reflejar nuestro descontento en las urnas, no quedándonos en casa. Así que la pelota está en nuestro tejado. Si no hacemos nada, luego no tendremos derecho a quejarnos.

Y es que se podría decir que tenemos una buena pelota - acumulación de deudas o desazones que, siendo una por una de escasa entidad, juntas resultan graves- en este país. Y ya saben, las pelotas de problemas van cobrando fuerza y creciendo a medida que ruedan, algo tendremos que hacer para pararla. Europa, ¿sí o no? Eso ya se decidió en su momento, aunque puede que no sea irreversible. Lo que es necesario es no ser la pelota de la Unión, es decir, la que pasa por todas las manos.

A ver si mañana somos capaces, como dicen en Cuba, de botar la pelota, o sea, de hacer algo inusual o sorprendente; empezar un cambio visible, más allá de los corrillos.

Si no, otra opción -la que venimos practicando- es hacerse una pelota y dejar pasar el temporal. Pasar la pelota a otros, evadiendo la propia responsabilidad.

¿Hasta que nos dejen completamente en pelotas?

CDR

5 comentarios:

  1. Aunque sea hacerte la pelota tengo que decirte que me encantan tus entradas y encima me has puesto a cavilar, no pensaba ir a votar y ahora no sé qué hacer. ¡Con lo claro que yo lo tenía!

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    1. Es que nos parece que no ir es la máxima prueba de cabreo, lo entiendo. Pero en verdad entonces luego no deberíamos quejarnos. Quedarse en casa es lo más cómodo. Algo así como echar balones (pelotas) fuera. Así que...
      Y, por cierto, ¡a quién no le gusta que le hagan un poco la pelota! Gracias, Lucía.

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    2. He votado y la verdad es que me siento mucho más satisfecha que si no lo hubiera hecho, gracias por tu empujón.

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  2. Bueno, sin hacer la pelota, estupenda reflexión sobre "semejante esférico", y tras leer y aprender, de verdad, de verdad, actuemos en consecuencia.
    Pmd.

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  3. Yo también lo he hecho. Esperemos que el pelotazo nos venga del lado bueno.
    Tati..

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