En el mes de julio ya no hay excusas para ponerse a leer. Para empezar, recomendamos hoy una lectura breve pero intensa, con una interesante trama y un sorprendente final.
Beryl
Bainbridge (Liverpool, 1932-Londres, 2010) es considerada una de las novelistas
británicas más relevantes del siglo XX. Autora de dieciocho novelas, dos libros
de viajes, dos ensayos, dos volúmenes de relatos y cinco obras para teatro y
televisión. Sin embargo, aunque nominada en cinco ocasiones al prestigioso
premio Man Booker, no fue hasta su muerte cuando se le concedió póstumamente.
Después de que Ático de los Libros editara dos de sus mejores novelas, La cena de los infieles y La excursión, con notable éxito, la misma editorial publica la novela que obsesionó a la autora durante los últimos años de su vida: La chica con el vestido de topos. Basada
en sus propios recuerdos de un viaje de tres semanas que realizó de joven por
Estados Unidos, en 1968, de Washington a San Francisco. De hecho, los primeros
escritos de Bainbridge fueron alimentándose de su propia existencia, contando
vivencias de su infancia. La joven Beryl empezó a plasmar todas estas
experiencias, como entretenimiento, en unos turbulentos diarios, que décadas
más tarde le sirvieron para el eje central de la que sería su postrera novela.
Las últimas treinta y cinco páginas de La
chica con el vestido de topos fueron escritas por su amigo y editor,
Brendan King, a partir de las sugerencias que le hizo en su lecho de muerte la
propia autora, que falleció a causa de un cáncer a los setenta y siete años.
Rose, una joven británica, cruza
Estados Unidos junto a Harold, buscando
a un hombre que había conocido en su Inglaterra natal durante la infancia, el carismático
doctor Wheeler, maestro y protector de la niña, pero absolutamente escurridizo.
En cada una de las paradas que realizan los dos protagonistas donde creen que
encontrarán al doctor, éste ya ha desaparecido, siempre un paso por delante de
ellos. Viajan en la furgoneta Volkswagen de Harold, que además carga con todo
el peso económico del viaje, mientras Rose vive su particular sueño americano. La
relación entre ellos es complicada: silencios, diálogos secos, innumerables
choques –por medio de lo cual la autora
da cuenta de la atormentada psicología de ambos personajes. – Harold cree que
Rose tiene un carácter infantil, cercano al retraso mental, mientras que ella
considera que Harold no la entiende.
Harold quiere encontrar a Wheeler
para vengarse, pues le culpa de la muerte de su esposa, que lo dejó por una
aventura con él y se suicidó cuando éste la abandonó. Para lograr su objetivo
se vale de la ingenuidad de Rose, quien, a su vez, sueña con que Wheeler le
ofrecerá un trabajo y podrá quedarse con él en Los Ángeles. Finalmente, el
doctor parece encontrarse en el hotel Ambassador, formando parte de la comitiva
del fiscal, justo cuando Robert Kennedy acaba de ganar las primarias y será
asesinado. No se debe despreciar el trasfondo político de esta historia
realista, a pesar de las sugerentes imágenes y el marcado simbolismo que
contiene. Pero, en realidad, si tienen algo que ver los dos protagonistas con
el crimen, en un confuso desenlace, es lo de menos, ya que lo que prevalece en
este argumento es la convivencia de dos personas con caracteres, modos de vida
y valores opuestos que, sin embargo, comparten el mismo objetivo: dar con
Wheeler. Una distancia que parecía insalvable y se va recortando a medida que
avanza el relato, porque verdaderamente la meta que ambos persiguen es dar
sentido a su existencia.
Al más puro estilo road movie, Harold y Rose se desplazan a
lo largo del territorio americano, pasando por diferentes estados mentales,
viviendo experiencias diversas, y aprendiendo también el uno del otro. En todas
las situaciones que se producen se aprecia cierto punto absurdo, grotesco y cómico,
aunque esencialmente conmovedor. El humor de Beryl Baindridge, sutil, como si
de una música de fondo se tratase, resulta perverso en algunos momentos, oscuro
en otros, turbador siempre. Una prosa ágil y efectiva nos introduce en una
historia con múltiples capas, entretenida y tensa a partes iguales.
Una notable comedia negra de una autora cuya agitada vida proporcionó materia prima para sus excelentes ficciones.
¡Feliz lectura!
CDR
Lecturas y más lecturas por descubrir, y esta parece muy apropiada para este buen tiempo.
ResponderEliminarLa tendremos en cuenta.
Pmd.
Interesante, la uniremos a todos los retrasos, esperando turno.
ResponderEliminarTati.