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sábado, 9 de agosto de 2014

QUÉ MUNDO

Se preguntaba Miguel Delibes en el libro La tierra herida ¿qué mundo heredarán nuestros hijos?, él mismo preocupado por las evidencias que su hijo Miguel Delibes de Castro le presentaba, como biólogo, sobre el rápido deterioro al que el ser humano somete al Planeta.

De eso ya hace unos cuantos años (2005) y las tremendas situaciones descritas en este magnífico ensayo divulgativo no han hecho más que agravarse. No somos conscientes de que no se trata de un daño a largo plazo -que también-, sino que estamos sufriendo ya las consecuencias de un fuerte cambio climático.

Sin embargo, a día de hoy, aquella pregunta retórica no solo deberíamos planteárnosla a nivel medioambiental, pues es tan catastrófica la situación del mundo en tantos ámbitos que, ahora que espero un bebé, esta cuestión me atenaza la mente continuamente. Y es que queremos lo mejor para nuestros hijos, ¿no? No dudo de que ha habido otras épocas complicadas, pero lo cierto es que actualmente me cuesta pensar que este sea el mejor de los mundos posibles. Lo veamos a gran escala (lo que parece que no nos concierne porque ocurre lejos) o a pequeña escala (lo que tenemos en casa o en casa del vecino): guerras -con su consecuentes matanzas-, conflictos, epidemias, catástrofes naturales, violencia doméstica, pérdida de derechos, coacción de la libertad, intolerancia, enfermedades cada vez más frecuentes, y un largo etcétera que todos ustedes imaginan, lo cierto es que resulta un poco angustioso pensar a qué mundo va a llegar el chiquitín.

Sí, como ya se dijo hace poco en este mismo blog, no podemos creer que estamos en los peores tiempos, hemos de reconocer los avances y ventajas de nuestro mundo moderno, el logro de generaciones que han luchado por libertades y derechos. Pero aún así, poner la televisión o echar un vistazo a la prensa resulta penoso. Y ese mundo es el que hay, por mucho que creamos que no nos afecta el conflicto en Rusia, las muertes en Palestina, el ébola, los huracanes y tifones al otro lado del planeta, los mares contaminados, la globalización informática, la comida industrializada... Porque cada cosa que ocurre tiene sus repercusiones para todos.

El amor, el bienestar del hogar, la educación es lo único que podemos ofrecer a nuestros hijos de forma individual. Con grandísima ilusión se trae un hijo al mundo, pero el mundo es ancho, no acaba en las cuatro paredes de nuestra casa, ni en los límites territoriales de nuestro pueblo, ni en las carreteras que separan nuestra comunidad de otras, ni en el mar que rodea nuestra Península. El mundo es la Tierra en la que todos habitamos. Y ahora mismo esa herencia deja mucho que desear.

No, por supuesto, por el Planeta en sí -bellísimo, acogedor; como decía Tagore: "La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta."- Todos sabemos de quién es la culpa.

CDR

6 comentarios:

  1. Pues, efectivamente, podemos y debemos hacer mucho por nuestro mundo, y por supuesto que debemos traer a nuestros hijos, al margen de lo que vayan a recibir; ellos también deberan trabajar para que su mundo mejore, y así como en un círculo cerrado, continuaremos con esta maravilla que se llama: vida.
    Pmd.

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  2. El milagro de crear una nueva vida debería llenarnos de esperanza a pesar de todos los males de los que estamos rodeados, no podemos pensar en los desastres en los que todos, en mayor o menor medida hemos contribuido, sino en la cantidad de valores, conocimientos, amor ... que le vamos a ofrecer.
    Te deseo lo mejor para ti y tu bebé, supongo que ya me enteraré por este u otro medio (tu Tati, por ejemplo) de su llegada.

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  3. A este mundo y a nuestra indiferencia, no le veo mucho arreglo. Por supuesto que es maravilloso traer un bebé, pero es triste dejarle esas flores agotadas por sobrevivir.
    Tati.

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  4. Maravillosa la entrada. Aunque haya cosas malas que nos rodean como lo que pasa en Irak pero siempre hay una luz de esperanza que seguro que tu bebe verá un mundo nuevo.

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  5. Es maravilloso tener un bebé, no lo es tanto el mundo que le dejamos.
    Tati.

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  6. Gracias a todos por vuestros comentarios.
    Claro que es maravilloso traer una nueva vida al mundo, el más bello milagro. Y el legado personal será el más rico que podamos, empezando por un amor incondicional. Con la esperanza, sí, de que todo mejore.

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