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jueves, 18 de septiembre de 2014

SER MUJER

Perséfone bajó a las profundidades y ofreció a sus habitantes el fruto del árbol de la vida: la granada.

Se convirtió en reina y sacerdotisa.

Su estancia en ese oscuro lugar la mitad del año genera las estaciones y da a los seres vivos la oportunidad de despojarse de lo viejo para acoger lo nuevo.

La diosa nos invita así a retirar nuestra energía del mundo de las apariencias para mirar hacia adentro, bajar a nuestras profundidades y encontrarnos con lo que realmente somos.


¿Qué quieres?

¿Qué necesitas?

¿Eres fiel a ti misma?
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Dentro de cada una de nosotras hay una mujer primitiva, orgánica, salvaje...

Una mujer libre, espontánea, intrépida, desinhibida, que goza la vitalidad de la naturaleza.

La vida recorre su cuerpo como un río subterráneo.

La mujer orgánica habita en su vientre, toma su fuerza de esas raíces que la vinculan a la tierra y sus ciclos.

Se alimenta de ellas, absorbe su savia y se llenan de vida sus caderas.


¿Cuánto hace que no sientes la tierra, la hierba, bajo tus pies desnudos?

¿Cuánto tiempo hace que no te dejas llevar por tu instinto?
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Inmenso poder creador en su útero. Portadoras de vida. Hijos físicos.

Pero también obras de arte, artesanía.

O actos simples de amor, cuidado y respeto.

Feminidad cambiante con cada luna.

Regeneración. Renacer como la primavera.

Danza alocada, corre por los bosques, se baña en las aguas vivas la mujer orgánica.

Gestos salvajes para conectar con su propio cuerpo y huir de la domesticación a que ha sido sometida.


¿Registras tus sensaciones en cada ciclo?

¿Contemplas tu cuerpo desnudo sin juicios?

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Si desconectamos de la realidad orgánica, quedamos a merced de los estereotipos sociales que nos empequeñecen, nos restan valor y empañan nuestro brillo femenino.

Cultivar el propio deseo y no quedar a la espera del deseo del otro.

No volvernos prisioneras de la autoexigencia, la adición a ser perfectas, la tiranía del nunca es suficiente.

Cansadas, asustadas, en pos de una belleza artificial.










¿Es esto lo que quieres?
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Afirmar: esa soy yo, soy mujer.

Que la vida deje de ser una penosa obligación para convertirse en una elección libre y creativa.



CDR

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