Vamos apurando ya mayo, parece que fue ayer cuando empezó. Aún es martes, quizás con el trabajo no tenemos tanto tiempo de leer y con el buen tiempo preferimos salir a dar un paseo antes que sentarnos con un libro. De todas formas, nunca viene mal tener preparadas buenas lecturas para cuando el cuerpo nos lo pida o el quehacer diario nos lo permita. Vale la pena la propuesta de hoy:
No
es desconocido el talento de José Luis de Juan (Mallorca, 1956), autor de
relatos, novelas, poesía, ensayo, crítica literaria. Titulado además en Derecho
y Ciencias de la Información. Ya a los diecisiete años ganó un premio por un cuento
sobre Hemingway, pero no fue hasta dos décadas después cuando empezó a
publicar, El apicultor de Bonaparte, La mano que formula el deseo, Este latente mundo o Sobre ascuas, en novela; el ensayo Incitación a la vergüenza, entre otros; Versión del este, en poesía; en incluso
algún libro de viajes, como Campos de
Flandes. En la actualidad colabora asiduamente en prensa escribiendo sobre
literatura y viajes.
Un poema de Robert Graves,
concretamente sus versos finales, inspira el título de esta la séptima novela del
escritor mallorquín: La llama danzante.
Y aunque parezca una simple anécdota, unas pocas líneas en la obra, resulta
revelador al final, conocida la lucha interna de los personajes y el propósito
de amor que a los protagonistas mueve de no mirar nunca atrás, inevitable casi
siempre.
Juan, un historiador y fotógrafo
mallorquín, y Lotte, una guionista alemana, emprenden viaje por Arizona y
California en un viejo Chevrolet prestado. Ambos están separados, tienen hijos
de la anterior relación y, tras varios años juntos, siguen luchando por
mantener viva la llama de su amor, intentando olvidar la huella que otras
personas dejaron en sus vidas. Este viaje supone el postrer intento de
enderezar su incierta vida juntos. Mientras él fotografía los paisajes desérticos
y visita las misiones fundadas por Fray Junípero Serra, ella escribe el guión
para su próxima película. Este trayecto no solo será físico, sino que supondrá
un verdadero viaje al interior, una búsqueda de la propia identidad. Juan ya
había viajado con su esposa e hijos a la misma zona y con esta premisa se van
introduciendo una serie de flashbacks que comportan también un viaje en el
tiempo. Pues Lotte, por su parte, se encuentra con una amiga del pasado,
Sylvia, personaje que viene a ser el contrapunto, la piedra en el zapato de la
idílica relación de la pareja. En eso basa el autor su argumento, en una road novel conjugada con una fenomenal
historia de amor y de pasión. Efectivamente, el erotismo es uno de los
ingredientes de esta intrépida novela que incluye notas del género negro,
además de reflexiones sobre la amistad, la confianza, el ser uno mismo, la
soledad. Una mixtura de lirismo, intriga, diálogo con el pasado y ansias de
vivir el presente.
Premiada con el Camilo José Cela de
la Ciutat de Palma de novela 2012, en esta novela José Luis de Juan maneja con
maestría diferentes tramas, distintos tiempos y texturas narrativas para
conformar una perfecta sinfonía que cautiva al lector y le acompaña por este
singular recorrido. Como una novela de viaje se podría considerar La llama danzante, no en vano aparece
exquisitamente publicada en la colección “paisajes narrados” de la editorial
Minúscula. Las imágenes que consigue el mallorquín son extraordinarias,
fundiendo la orografía del paisaje con la propia piel de los protagonistas. Por
otra parte, la galería de personajes se completa con seres fascinantes, como
Zeynel, un militante kurdo del PKK torturado por los turcos, establecido en Los
Ángeles; la delgadísima, promiscua y sensual Sylvia, poetisa que recuerda a la
Plath; los secundarios Hansel y Gretel, hijos de Lotte; su impresentable
marido, Franz; o la omnipresente Berit, amiga íntima de la alemana, que se
suicidó dejando un halo de misterio.
En cuatro bloques se estructura la
novela, identificados con las etapas del viaje. El primero, “Cactus”, se centra
en el recorrido por el desierto de Arizona y su título sugiere las imágenes de
Lotte desnuda que Juan tomará entre las agresivas plantas en el desnudo
paisaje. No tiene desperdicio la persecución por parte de dos fornidos
camioneros para conseguir los favores sexuales de la pareja y el posterior
encuentro violento en el casino. El segundo bloque, “Los Ángeles”, narra las
peripecias de los protagonistas en la capital californiana, donde compartirán
mucho de su tiempo con el amigo Zeynel y su entorno. En cuanto a “Temblores”,
la tercera parte, hace referencia a los terremotos sufridos en California por
el protagonista en el pasado cuando visitó la zona y en la actualidad
acompañado por Lotte y Sylvia, resultando herida esta última. En este punto,
los temblores resquebrajan de alguna forma la confianza de la pareja. Se ponen
en evidencia más que nunca las diferencias que los separan, la edad, el origen,
el cosmopolitismo de Lotte frente a la añoranza por el pueblo de la infancia de
él. Y finalmente, el cuarto bloque, “San Marcos”, cuenta la parte del viaje que
Juan hace solo por San Francisco, pasando por las peligrosas tierras
fronterizas mexicanas. Tras un encuentro con policías corruptos en una pelea de
gallos, nadar en el océano abierto contra furiosas olas y conocer a los
horribles manatíes de la laguna de Chápala, el protagonista consigue ponerse a
salvo de todo, incluso se diría que de sí mismo. El desenlace queda totalmente
abierto, como si algo tan amplio, tan complejo como lo tratado no se pudiera
concluir de forma alguna, es el propio lector el que debe imaginar el destino
de Juan, que parece haber quedado suspenso en un paraíso californiano con Jesús
y su dulce hermana Lucía.
Dueño de una prosa magnífica, José
Luis de Juan logra el equilibrio perfecto entre acción y descripción, fluidez y
lentitud a lo largo de esta novela que destila elegancia, saber hacer,
sobriedad y estilo. Un escritor con una personalidad propia, capaz de analizar
la complejidad del mundo, las relaciones humanas desde un punto de vista
original, sin ajustarse a tópicos o convenciones, narrando en tercera persona,
en un tono distante, una ficción con visos de realidad. Mezclando viajes y
literatura, lo cierto es que La llama
danzante nos conduce por un recorrido de vértigo a nuestra búsqueda
personal.
¡Feliz lectura!
CDR
A esperar su turno, aunque llegue el buen tiempo sacaremos un ratillo para esta interesante recomendación.
ResponderEliminarTati
Una buena recomendación, de un autor algo secreto, y cuya literatura densa no se prodiga, pero con este análisis bien merece tenerlo en cuenta. Así será.
ResponderEliminarPmd.