Se
me ponen los pelos de punta al pensar que todos tengamos un lado oscuro latente
en nuestro interior. Que todos seamos capaces de cometer alguna atrocidad de
las que se supone deben horrorizarnos. Y puede que sea cierto, teniendo en
cuenta que cada vez es más frecuente que gente común, inesperadamente, haga uso
de la violencia.
Todo acto delictivo está sujeto a un
proceso judicial, claro. Y todo delincuente cuenta con un abogado defensor. No
tiene que ser fácil defender a alguien que ha cometido un crimen horrible. Pues
si leen Crímenes (Salamandra, 2011),
de Ferdinand Von Schirach, la reflexión sobre la maldad del ser humano es
inevitable. Pero también será preciso ver las cosas desde el otro lado, ponerse
en lugar del asesino y preguntarnos seriamente: en esa situación, ¿yo no
hubiera hecho lo mismo? Si somos sinceros, quizás nos asustemos de la
respuesta.No se trata de justificar lo injustificable. Sino de enfrentarnos al hecho de que la culpabilidad es muy relativa. Cuando las circunstancias son insoportables, es necesario sobrevivir o el amor es más fuerte que la muerte, el ser humano es capaz de las mayores miserias. Lo importante es recordar que somos iguales, que todos nosotros llevamos la misma carga sobre los hombros, aunque algunos tienen la suerte de poder soportarlo y seguir adelante con sus vidas, y otros muchos ceden al peso y caen. La suerte tiene mucho que decir en esto.
CDR
estoy de acuerdo contigo pero creo que la culpabilidad es un sentimiento ambiguo
ResponderEliminaren mi opinión todo el mundo estará lleno de culpabilidad tanto si ha actuado mal como si no pero el ser humano tiene ese defecto por naturaleza
ResponderEliminarSin duda, de algo podemos estar convencidos: el lado oscuro existe, ese que algunos logran dominar, mientras otros se dejan arrastrar por él.
ResponderEliminarPmd
Por supuesto que tenemos un lado oscuro. Yo también.
ResponderEliminarTati.
A mí me asusta ese lado oscuro, siempre he tenido miedo de perder el control y miedo a qué pasaría si esto sucediera.
ResponderEliminarMiedo al miedo.