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domingo, 25 de noviembre de 2012

NADA SUCEDE DOS VECES


La vida es una aventura con fecha de caducidad. Eso pensaba Wislawa Szymborska (1923-2012), que nos dejó el pasado febrero. Una poetisa de vocación que trabajaba duro en cada poema, a pesar de la facilidad aparente de su lectura. Sin palabras grandilocuentes y sin abstracciones, la poesía de Szymborska es fresca, esencial, llena de amor en su más amplio sentido de la palabra. Mezcla de  tragedia y humor, de sueño y realidad, de vida y muerte, una lírica inolvidable. Fue merecedora de numerosos reconocimientos, entre ellos el Nobel de Literatura en 1996. No se limitó a la poesía, sino que escribió también ensayos, narrativa, y trabajó como columnista y traductora, además de crear interesantes collages que le servían de descanso a su agotadora labor de escritora. Desde que su familia emigró de Polonia y se instaló en Cracovia, cuando ella tenía ocho años, permaneció allí. Pero ha llegado a todos nosotros a través de sus poemas que, afortunadamente, están íntegramente traducidos al español. Algunas de sus obras son Apelación al Yeti (1957), En el puente (1986) o De la muerte sin exagerar (1996).
Este último título puede darnos la clave de su forma de ser. La muerte entendida como una consecuencia de la vida, sin dramatizar. Fumadora incorregible hasta los últimos días, se tomaba la vida con optimismo. Ella se ha ido, mas siempre nos quedará el alma de su poesía.

Unos versos suyos como homenaje, para despedirla. Una enseñanza póstuma: En esta escuela del mundo / ni siendo malos alumnos / repetiremos un año / un invierno, un verano.

CDR

2 comentarios:

  1. Afortunadamente, siempre repetimos: minutos, horas, días, semanas, meses, y años porque, pese a todo, vislumbramos con cierto optimismo.
    Pmd.

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  2. Cierto, la vida no se repite. Disfrutemos de los buenos momentos y de las pequeñas cosas.
    Bonitos versos para finalizar esta entrada.
    Tati.

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