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lunes, 6 de mayo de 2013

LA POESÍA

Cómo nos encontramos cada uno con la poesía depende de muchas cosas, algunos incluso no la conocen nunca o la desprecian cuando les sale al paso, pero si alguna vez nos toca, ya no podemos prescindir de ella, sea leyéndola o incluso intentando escribir versos que expresen aquello que más íntimamente nos emociona.

Yo ahora mismo no estoy en condiciones de la más mínima rima, pero sí me refugio en las palabras que, al igual que los seres más queridos que en estos momentos me están demostrando su cariño, nunca te fallan.  Y a continuación reproduzco un poema de Javier Egea (1952-1999), poeta granadino, que plasma en este su infantil hallazgo de la poesía y su absoluta rendición a ella.

A partir de unos conocidos versos de Juan Ramón Jiménez (Vino primero pura, / vestida de inocencia / y la amé como un niño / ...), Egea escribe su propia Poética:

Vino primero frívola -yo niño con ojeras-
y nos puso en los dedos un sueño de esperanza
o alguna perversión: sus velos y su danza
le ceñían las sílabas, los ritmos, las caderas.

Mas quisimos su cuerpo sobre las escombreras
porque también manchase su ropa en la tardanza
de luz y libertad: esa tierna venganza
de llevarla por calles y lunas prisioneras.

Luego nos visitaba con extraños abrigos,
mas se fue desnudando, y yo le sonreía
con la sonrisa nueva de la complicidad.

Porque a pesar de todo nos hicimos amigos
y me mantengo firme gracias a ti, poesía,
pequeño pueblo en armas contra la soledad.


CDR

2 comentarios:

  1. Para los que no se dejan querer por la palabra, seguro que a través de éstas cambian de opinión.
    Tati.

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