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miércoles, 19 de febrero de 2014

AVARICIA

"Al pobre le faltan muchas cosas. Al avaro, todas." (Publio Siro)

Parece ser que no es algo nuevo, pues ya hablaba de este afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas el escritor latino Publilius Sirus (85 a.C.-43 a.C.) Sin embargo, hoy más que nunca, la codicia es como una plaga que se expande con gran facilidad. Hace poco hablábamos en este blog de la diferencia abismal entre pobres y ricos. Esta sin duda viene impulsada por la avaricia que anida en los despachos. Los Gobiernos, las personas que los forman mejor dicho no deben pensar en otra cosa cuando acceden a cargos públicos más que en llenarse los bolsillos. Así lo constatan los numerosos casos de corrupción, cuentas en Suiza, evasión de impuestos, etc., mientras la población padece recortes económicos y de derechos básicos. Y asimismo ocurre esto con los grandes empresarios, banqueros, y en definitiva todo aquel que maneja capital. En las altas esferas se mueven intereses, se traman intrigas siempre a favor de los mismos; la avaricia se ramifica con brazos de injusticia, traición, estafa, robo e incluso violencia.

Solo nos queda el consuelo, si ello es posible, de que, como afirma Siro, esta gente avara y codiciosa nunca tiene bastante, por tanto su estado de insatisfacción será constante. Claro que mientras ellos nadan en la abundancia y acallan su conciencia con el deslumbrante sonido de la riqueza, tantísimas personas pasan verdaderas necesidades. Es difícil conformarse con el mero hecho de que el justo pago por su maldad es precisamente ser como son.

CDR    

3 comentarios:

  1. ¡Y acaso no es un vicio muy español...! ¿Heredado de los latinos? Claro, también se nos pueden pegar otras cosas, de otros pueblos que pasaron por nuestra península. La esperanza nunca se pierde. Buena entrada, bloggera.
    Pmd.

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  2. No me preocupan los males que padecen los avaros, sino el hambre que padecen millones de personas por culpa de sus acciones.

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  3. Estoy contigo Lucía.
    Tati.

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