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viernes, 4 de julio de 2014

¿MEJOR?

Según Francisco de Quevedo, cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, condenamos el futuro sin conocerlo. Aunque soy la primera que a veces se echa las manos a la cabeza pensando en qué mundo vivimos, a dónde vamos a parar, cómo han cambiado las cosas (a peor, claro), lo cierto es que esa nostalgia del pasado que sentimos no tiene ningún fundamento. A lo largo de los siglos, hombres y mujeres de todas las épocas han reivindicado el honor de existir en los momentos más desafortunados de la historia, y por supuesto no es diferente ahora.

Hoy parece que la visión de nuestro tiempo es desesperada y desesperanzada, nos encontramos inmersos en un proceso de rápidos cambios tanto sociales, tecnológicos, como ecológicos, etc. y quizá nuestro pensamiento está ofuscado. Idealizamos el pasado glorioso, de sólidos principios, y nos lamentamos del presente tan nefasto que nos ha tocado vivir. Sin embargo, no hay más que dar un vistazo objetivo a la historia para curarnos de esta errónea percepción.

En todas las épocas se atraviesa por dificultades, las cosas no son sencillas en la actualidad, es innegable la pobreza, el abuso de poder, la violencia, el deterioro imparable del medio ambiente, el cambio de concepciones éticas... Sin embargo, ¿no han existido siempre? Además, si comparamos el nivel de bienestar de hace apenas un siglo con el de hoy, es indiscutible que la situación ha mejorado. Hoy mueren menos niños al nacer, al igual que menos madres al dar a luz; hoy la mujer ya no es una propiedad deshumanizada del hombre; hoy la esperanza de vida ha aumentado hasta niveles insospechados hace unas décadas; hoy todos los menores de dieciséis años tienen derecho a una educación pública y gratuita; hoy podemos elegir a nuestros representantes; hoy ha germinado la preocupación por gestionar los recursos naturales. Y un largo etcétera, que viene a demostrarnos que nunca se ha vivido tan bien y tan democráticamente como ahora.

En fin, que la nostalgia de un antaño idealizado hace que nos olvidemos de los avances que se han producido y se siguen consiguiendo día a día. Claro que hay que luchar por mejorar, por mantener lo que tenemos. Claro que nos enfrentamos a terribles dificultades, pero no podemos ignorar la historia sino aprender de ella y sentirnos complacidos, y comprometidos, con el tiempo en que vivimos, al menos hoy la mayoría de hombres y mujeres podemos construir el mundo juntos, como seres libres e iguales. Por supuesto que no es así en todos los rincones del planeta, desgraciadamente, porque queda mucho por hacer. Pero ahí vamos avanzando por el camino, siempre hacia adelante.

CDR

2 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón...! y cuánto debemos trabajar...
    Pmd.

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  2. Ése es el problema. Miremos a otros continentes, a otros países. ¿Existirá esa igualdad algún día? Ojalá, aunque yo no lo vea, que sea así.
    Tati.

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