Por otra parte, ¿no es cierto que pagamos más por comer a la orilla de la playa, por un apartamento en primera línea?, ¿no es cierto que el mar ejerce una potente atracción sobre nosotros cuando contemplamos su inmensidad y su poder?, ¿no es cierto que nos quedamos absortos mirando el horizonte azul? Porque también se ha demostrado que el color azul nos produce sensaciones de bienestar, como la calma, la expansión, la liberación y la protección. Parece ser que las vistas al océano crean una ilusión de posibilidades infinitas que van más allá de lo que el ojo puede ver. Como si nos liberásemos de los límites de nuestra vida. Así, la vista se rinde ante el mar
Todavía no hay evidencias científicas que demuestren estos datos, pero algunos estudios se encargan ya de averiguar los cambios que se producen en los neurotransmisores del cerebro cuando contemplamos la línea del horizonte. ¿Merecería, entonces, este hecho ser considerado en sí mismo una terapia antiestrés?
El mar compone las tres cuartas partes de nuestro planeta y sin embargo la neurociencia nunca se ha ocupado hasta ahora de pensar seriamente en este. Si se encontraran pruebas irrefutables de que el mar cura, de que la cercanía al océano reduce la ansiedad, existiría otro poderoso argumento para cuidar de las aguas marinas, lo cual sería muy importante para la causa ecológica, además de lo que supondría para la salud. Por eso es necesario el trabajo conjunto de neurocientíficos, pescadores, biólogos marinos, expertos en mariscos, surferos... todos aquellos que tengan relación directa con el mar.
Un proyecto que nace en la Academia de Ciencias de San Francisco y que tiene mucho camino por recorrer, pero sin duda ambicioso en su objetivo de descifrar y demostrar el impacto del mar en la mente humana.
La verdad es que todos sabemos que cambiamos cuando nos acercamos al mar. La mayoría nos sentimos mejor, algunos menos puede que sientan peor. Pero, definitivamente, el mar no nos deja indiferentes.
CDR
Es verdad, el mar no deja indiferente a nadie, aunque a algunos, tampoco nos atraiga mucho, la verdad. Pmd.
ResponderEliminarEl sonido de las olas al anochecer. ¡Qué maravilla! ¡Salvemos el mar/la mar!
ResponderEliminarTati.
Eso es lo que yo necesito, estar frente al mar durante horas y horas al cabo del día.
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