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domingo, 23 de septiembre de 2012

BÁLSAMOS

La sustancia aromática, líquida y casi transparente que se obtiene de ciertos árboles por incisión, que va espesándose y tomando color a medida que, por la acción atmosférica, los aceites esenciales que contiene se transforman en resina y en ácidos curativos, nos sirve de alivio a las heridas, llagas y (figuradamente, pero más importante si cabe) consuelo para dolores del alma y aflicciones.

He aquí algunos de los bálsamos que hacen mi vida más llevadera:

Untar mis labios agrietados con manteca de karité al volver de un día helador fuera de casa.

Suavizar mis manos con crema hidratante antes de acostarme.

Regalarme con un masaje corporal de aceite perfumado después de la ducha.

Leer un libro para desconectar del mundo real.

Beber un buen vino en buena compañía.

Un abrazo apretado lleno de energía y fuerza.

Una caricia tranquilizadora.

Unas palabras sinceras para templar mi ánimo.

Una sonrisa cómplice que arranca la mía sin remedio.

(...)

Sin duda, los más valiosos para mí son aquellos que me ofrecen las personas que me rodean y, demostrándome su cariño, me apoyan en los momentos difíciles.

Conclusión: Los mejores bálsamos no necesitan prescripción médica, pueden usarse sin moderación, no tienen efectos secundarios y la mejoría es notable desde la primera aplicación.

CDR

3 comentarios:

  1. Benditos bálsamos: un buen libro, un buen vino en buena compañía, un abrazo apretado, una sonrisa o la sinceridad de unas palabras. Comparto.
    Pmd.

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  2. En estos momentos cualquiera de los bálsamos citados me devolvería la vida, todos a la vez quizás me convertirían en una 'supermujer'. ¡Qué manera de transformar la rutina diaria en algo idílico!

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  3. Yo quiero, en estos momentos, un bálsamo de tranquilidad.
    Tati.

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