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miércoles, 23 de enero de 2013

ÁNIMOS

En muchas ocasiones nos hace falta que nos den ánimos, porque el desaliento nos atenaza y no encontramos sentido a nada de lo que nos rodea.

Desde aquí queremos contribuir al desánimo generalizado con un repaso, a modo de "pequeñeces", a los ánimos que podemos poseer, encontrar, recibir, sentir, pues los hay de diversos tipos, derivando todos ellos del mismo origen: del latín animus y este del griego ἄνεμος, que significa soplo.

En cuanto es principio de la actividad humana, el ánimo se entiende como alma o espíritu. Los que crean que sólo somos materia física, pueden prescindir de esta acepción.

También entendido como valor, esfuerzo, energía, es normal que nos flaquee el ánimo cuando nuestro empeño y afán vienen a dar continuamente con un muro de hormigón.

La intención y voluntad es ánimo igualmente, como el que mueve la mayoría de nuestros actos.

Con tranquilidad y serenidad, tanto en los sucesos adversos como en los prósperos, se toman la vida los que tienen presencia de ánimo.

Si se encuentran profundamente tristes, depresivos, abatidos, entonces sufren de pasión de ánimo.

Cierto es también que nadie se encuentra siempre en el mismo estado de ánimo. Sujeto a tantas condiciones, es uno de los aspectos más volubles del ser humano.

Por eso decimos ¡ánimo! como una interjección de buenos deseos, aunque sepamos que es en vano en momentos de gran desconsuelo. Siempre se agradece una voz amiga que nos lo diga.

Ya lo manifestó el sabio Salomón:
"El ánimo gozoso hace florida la vida; el espíritu triste marchita los sucesos."

CDR

3 comentarios:

  1. Ánimo para los pequeños problemas y también para los grandes.
    Tati.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo y por esa pasión con la que expresa lo que siente aunque se te nota un poco desanimada profesora te digo animo desde aquí y que tus problemas se resuelve como tu seguramente lo deseas

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