Llegan más días para la lectura.
Por buenos libros no será.
Mi propuesta de hoy:
Markus Zusak -pseudónimo literario de Branco Cincovic- (Sydney, 1975), se dio a conocer en España con La ladrona de libros (2006), una conmovedora historia de una niña en la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial, que da un claro mensaje sobre el poder de la palabra escrita. Precedida del rotundo éxito conseguido con esta novela, Lumen edita Cartas cruzadas (2011), escrita en 2003 por el joven australiano. Ha recibido algunos premios importantes de literatura infantil y juvenil, pero lo cierto es que entre su público se encuentran lectores de todas las edades.
El
protagonista de esta historia es Ed Kennedy, un chico de diecinueve años que
vive con su hediondo perro Doorman en los suburbios de una gran ciudad. Su
trabajo como taxista, su amor frustrado, su imposibilidad de prosperar, la
muerte de su padre alcohólico, el desprecio de su madre, los logros de sus
hermanos lo han convertido en un ser insignificante, con una vida rutinaria e
insulsa, sin más aspiración que juntarse con sus amigos Ritchie, Marv y Audrey para
jugar a las cartas. Hasta que un hecho fortuito cambiará las cosas y hará que
se desencadene una serie de mensajes que pondrán a Ed en una situación
comprometida. De pronto, el chico se ve envuelto en una trama de cartas
cruzadas -As de diamantes, de tréboles, de picas, de corazones y finalmente un
comodín- que es algo más que un juego. Ahora tiene una misión. Ponerse a prueba
a uno mismo puede suponer un gran reto, encontrar en el interior fuerzas y
virtudes que se desconocían, e incluso un acercamiento verdadero a los que
tienes al lado. Ed, ejemplo de incompetencia e inacción, se convierte en un
hombre rebosante de osadía.
Narrada en primera persona, en
continuo diálogo con el lector, Cartas
cruzadas es una historia que te atrapa en cuanto entras en el juego y que
va adquiriendo verosimilitud a medida que avanza el argumento. Y al final, como
si de una jugada maestra se tratase en una partida que creíamos dominada, un
desenlace sorprendente. El escritor australiano consigue amenidad a la vez que
introspección, con su estilo característico de sintaxis sencilla y directa,
demostrando una auténtica habilidad con las palabras, mezcla de humor y
dramatismo, y unos personajes de carne y hueso perfectamente trazados.Partiendo del supuesto de que el mundo no es tan malo como pretendemos, Markus Zusak crea una parábola esperanzadora sobre la bondad del ser humano y cómo el bien a los demás supone nuestra propia felicidad. Pero hay que actuar, los verbos amar, sentir, vivir no son meras palabras sino que deben convertirse en hechos. Y los gestos más simples -como comprar luces navideñas nuevas a una familia que no puede permitírselo- pueden desencadenar una espiral de descubrimiento y superación personales, alegoría de que un mundo mejor es posible.
¡Feliz lectura!
CDR
Buena recomendación bloggera: La ladrona de libros es genial.
ResponderEliminarPmd.
A mí también me encantó el de La ladrona de libros. Leeremos éste también.
ResponderEliminarTati.