Primero, una aclaración. Germinal se refiere al nombre del séptimo mes del calendario republicano francés. Como verán seguidamente, un nombre con mucha intención.
Es
de sobra conocido el talento del cantautor catalán Lluís Llach (Girona, 1948).
Si bien nos tiene acostumbrados a canciones de letras intensas, profundas,
comprometidas, ahora nos sorprende con un debut literario a la altura de sus
posibilidades, Memoria de unos ojos pintados,
una novela que es a la vez la crónica de una época muy concreta en nuestro
país, y una bella historia de amor entre dos jóvenes de la Barceloneta, un
barrio humilde de gente trabajadora y colectividad solidaria. La forma en que
Llach ha conjugado un tema durísimo con la delicadeza de una relación
prohibitiva es simplemente magistral. Además de retratar aspectos esenciales de
la Cataluña de la primera mitad del siglo XX, la novela se convierte en un
homenaje a todas aquellas personas que sufrieron la Guerra Civil y el exilio.
Retirado de los escenarios desde
2007, el propio autor reconoce que nunca hubiera pensado escribir una novela,
que fue algo azaroso. Dueño de un tiempo libre que antes no tenía, Lluís Llach
se reencontró con el placer de la lectura. Y a raíz del encargo de un guión
para un amigo, se puso a escribir y sintió la necesidad de contar cosas. El
resultado es esta novela vertebrada por la historia de Germinal y David,
criados juntos y que juntos descubren la vida, el amor y la amargura. Porque
más allá de la descripción de los años de la II República, la lucha, los
ideales, atropellados por el estallido de la guerra, las batallas y los
escarnios, queda el amor incondicional de los dos amigos. Un amor que todo lo
puede y que no es truncado ni siquiera por la muerte. No importa la
homosexualidad, no importan la distancia ni el dolor.
Por otra parte, no deja de
sorprender la magnitud de esta novela para un hombre acostumbrado a escribir pequeñas
historias, pues eso son las canciones; el hilo narrativo de esta obra para un
poeta. Así, es evidente que Lluís Llach
está dotado del don de la escritura. La estructura narrativa de esta novela se
basa en la conversación del viejo Germinal con un director de cine interesado
en hacer una película sobre esa época. De esta forma cada grabación forma un
capítulo que se construye como un relato breve de la historia lineal que va
narrando el protagonista. Son numerosos los personajes que aparecen, cada uno
con su correspondiente importancia en el argumento, perfectamente
caracterizados y desarrollados todos ellos. La narración destila un realismo
impresionante, con el uso de una prosa sencilla, directa, y descripciones de
una gran fuerza e incluso crudeza. Pero también cuenta con pasajes de belleza
extraordinaria, especialmente los dedicados a hablar de ese microcosmos que era
la Barceloneta (que Llach tan bien conoce y recrea) y de los sentimientos de
los personajes. La despedida de la amiga que emigra a Argentina con sus padres,
la visión del padre como un ser superior, la gente que llega desorientada a la
estación de Barcelona, los bombardeos, la muerte de la otra amiga, los encuentros
sexuales, los soldados en la batalla del Ebro, o David en el pelotón de
fusilamiento. Imágenes que se quedan grabadas en nuestra retina aunque solo
sean palabras. La venganza final es quizá la escena más novelesca, pero no
desdice del conjunto argumental, incluso sirve para aumentar el dramatismo y
contribuir al sabor agridulce que nos deja finalmente esta magnífica historia.
Una pequeña redención para el atormentado protagonista.
En resumen, Memoria de unos ojos pintados (título que alude a la costumbre de
Germinal de pintarse la raya de los ojos y que denota la personalidad del
personaje así como un gesto definitivo en su vida) es una buenísima lectura,
una lectura inteligente no apta para todos los públicos por su dureza. Pero
también por su ternura.
Y como siempre... ¡Feliz lectura!
CDR
Y como siempre... ¡Feliz lectura!
La leí en su lengua original, no sé de quién es la traducción, pero, como dices, es impresionante y el lenguaje que utiliza es cautivador como tantas de sus canciones, aún así lo más sorprendente es como trata un tema tan difícil todavía hoy en día y la voluntad firme de las personas anóminas en sus creencias, "Els ulls pintats" son todo un símbolo de esa firmeza en sus convicciones. Esperanza
ResponderEliminarLa traducción es de Rosa María Prats y creo que es buena. Yo también empecé a leerla en su lengua original y es un lujo, claro. La dejé por falta de tiempo, desgraciadamente leo más rápido en castellano. Pero sin duda la terminaré también en catalán para apreciar mejor toda su riqueza. Como dices, es sorprendente el tratamiento del tema y la lección que da sobre ideales y voluntad. Gracias por tu aportación, Esperanza.
EliminarSi la novela es tan combativa como la actitud de su autor en años pasados y difíciles, merecerá la pena leerla, sin duda.
ResponderEliminarA ello vamos.
Pmd.
Admiradora de sus canciones. La leeré. ¡No sé cuándo! Me falta tiempo para todo.
ResponderEliminarTati.