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lunes, 4 de noviembre de 2013

CUENTO SUFÍ

Abrimos hoy de nuevo esa puerta mágica que nos lleva al universo fantástico de los relatos tradicionales.

A ver si este cuento da respuesta a alguno de nuestros interrogantes. Titulado "Los ciegos y la cuestión del elefante", una historia llena de sentido, contada desde siglos, con plena vigencia.

"Más allá de Ghor había una ciudad en la que todos sus habitantes eran ciegos.

Cierto rey llegó un día a las proximidades de la ciudad con su cortejo y su ejército, y acampó en el desierto. Tenía un poderoso elefante que usaba para atacar e incrementar el temor de la gente.

La población estaba ansiosa por ver al elefante y algunos ciegos se precipitaron como locos a su encuentro. Como no conocían su forma y aspecto, tantearon para reunir información, palpando algunas partes de su cuerpo. Cada uno pensó que sabía algo, según la parte que alcanzó a tocar del animal.

Cuando volvieron, sus conciudadanos, impacientes, se apiñaron a su alrededor. Estaban ansiosos por saber la verdad en boca de aquellos que se hallaban errados. Les preguntaron por la forma y aspecto del elefante, y escucharon cuanto les dijeron.

Al hombre que había tocado la oreja le preguntaron acerca de la naturaleza del elefante. El dijo: - Es una cosa grande, rugosa, ancha y gruesa como un felpudo. -

El que había palpado la trompa dijo: - Yo conozco los hechos reales, es como un tubo recto y hueco, horrible y destructivo. -

El que había tocado sus patas dijo: - Es poderoso y firme como un pilar. -

Cada uno había palpado una sola parte, y todos lo habían percibido erróneamente. Ninguno conocía la totalidad: el conocimiento no es compañero de los ciegos. Todos imaginaron algo, pero algo equivocado.

El ser humano no está informado acerca de la divinidad.

No existe "camino" mediante el intelecto ordinario.

Aquellos dotados de razón comprenderán. Aquellos con poca razón, pueden adquirirla mediante este relato."

Puede que todos tengamos un trozo de verdad, pero, ¿quién posee la verdad absoluta? Nuestra realidad no es más que una visión parcial.

El mismo elefante para todos, percepciones distintas. ¿Les suena?

Creo que no es necesario añadir nada más.

CDR

2 comentarios:

  1. La verdad absoluta no la poseemos nadie, por lo tanto, el problema viene cuando sí nos creemos poseedores de esa verdad.
    Tati

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