Con una aguda
crítica a la sociedad georgiana del momento, no es extraño que la autora de Orgullo y prejuicio optara por no darse
a conocer, pues no podía considerarse más que una afrenta que una mujer firmara
tal cosa. Por qué pervive esta novela dos siglos después tiene que ver, aparte
de lo dicho, con la perspicacia de la observadora Austen, que supo describir
los comportamientos humanos, sus formas de pensar y los obstáculos que se autoimponen
las personas en la vida para ser felices. Esa infelicidad, que marcó su propia
existencia, ella la contrarrestaba con historias que acababan bien, lo que le
valió en su momento la etiqueta de escribir “cosas de mujeres.” Sin embargo, la
justicia literaria nos la muestra hoy como una escritora talentosa, de gran
ingenio y elegancia. Jane Austen trabajó en sus novelas con la materia prima de
que se nutre la vida: amor, celos, miedo, compasión, generosidad, envidia,
orgullo, perdón, prejuicios.
Hoy es un buen
día para redescubrir la maravillosa historia de la alocada y adorable familia
Bennet, en la búsqueda de un marido ideal para sus cinco hijas. Más allá de
este argumento propio de la época, todo un universo literario que satisfará las
eternas exigencias de un lector.CDR
Doscientos años y ahí la tenemos. Eso es lo bueno de la buena literatura.
ResponderEliminarTati.
Buena, buena literatura, de lo mejor. Recomendable para todo tipo de lectores.
ResponderEliminarPmd