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lunes, 18 de noviembre de 2013

NUESTRA TRADICIÓN

De pronto, el cálido otoño se ha tornado en invierno prematuro. Y qué mejor que tener un buen libro a mano, acurrucarse debajo de la manta en el sofá y viajar a otras épocas, vivir historias como la que nos plantea la siguiente lectura:

Cuando Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs, 1965) estudiaba filología en la Universidad de Barcelona, conoció la labor de Luis Bello en las escuelas de España. La fascinación que le produjo el tema ha sido magníficamente plasmada en Todo lo que se llevó el diablo (2010), la segunda novela del catalán. Conocido como ensayista, articulista, antólogo y colaborador en las tertulias literarias de la televisión regional, Pérez Andújar se reafirma aquí como narrador nato.


 El eje argumental básico de este relato es el trabajo de las Misiones Pedagógicas en la España de la Segunda República. Es la historia de un grupo de maestros, Mª Luisa, Maruja y Reposiano, y el chófer, Arcos Paulín, con todo su equipo, que viajan por los caminos más recónditos para llevar algo de cultura, entretenimiento y saber a los pueblos. No se puede enmascarar el interés de Andújar por difuminar la línea entre la alta y la baja cultura, representando a las Misiones como el nexo de unión entre la cultura oral, tradicional, y la cultura académica. No obstante esto, la novela se nutre de otros muchos temas y personajes, como la marginación de Orfilio Velasco, el lobero, anarquista perseguido, que parece estar abocado a un final fatal, igual que su sobrino Velasco Flaínez; la oposición del padre Blas a todos los planes del Gobierno; la prepotencia del alcalde don Melitón ante la incursión de extraños en su pueblo; o la violencia generada en gran medida por la ignorancia y la necesidad. El narrador nos trasmite su simpatía por el grupo de maestros, mientras que muestra su compasión por los lugareños, víctimas inocentes de la injusticia social. A este respecto, hay que elogiar el adecuado registro lingüístico para cada personaje, así como la oportunidad de las frases y réplicas utilizadas, y la parte de diálogo, de narración y de disertaciones, formando un todo impecable.           

Absolutamente bien documentada, esta novela de tema serio nos ofrece además un relato para disfrutar, para reír con sus situaciones humorísticas, sus momentos casi delirantes, heredero de los mejores diálogos de Valle-Inclán y escenas propias de un admirador del maestro Berlanga. Todo ello salpicado con alusiones a cuentos populares, romances, canciones, películas, cuadros, cómics; y enhebrado con la aparición de ilustres personajes como Tomás Navarro Tomás, Zamora Vicente o García Lorca, entre otros.

No cabe duda, por tanto, de la preocupación del autor por nuestra cultura, como ya se mostraba en su anterior novela, Los príncipes valientes (2007). En esta va más allá, haciendo un auténtico homenaje a la lengua y a la literatura españolas, al arte en general, sobre todo a lo que estos le deben al acervo popular.

¡Feliz lectura!

CDR

2 comentarios:

  1. Otro más para leer. Buena recomendación. Falta de tiempo.
    Tati

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  2. Múltiples lecturas nos llevan a veces, a desatender algunos autores, me ha pasado con Pérez Andújar, pero siempre está la posibilidad, y notas como la presente nos recuerdan su buena literatura. Gracias.
    Pmd.

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