Es primavera, pero el tiempo persiste ventoso y frío, se alarga la tregua antes del calor intenso que sin duda llegará. Y mientras tanto, seguimos leyendo. Un buen libro es adecuado siempre. La propuesta de hoy es una interesante novela que, más allá del argumento y de la excelente galería de personajes, nos desvela el lado más humano de uno de los grandes poetas de la literatura hispana.
Desde
la sombra, de ahí parte La mujer de Isla
Negra (2015), novela basada en Pablo Neruda, que muestra a un hombre genial
pero también dominante, caprichoso, infantil, embustero, contradictorio y
cobarde a la hora de resolver sus conflictos personales, alejado de la imagen
de hombre entrañable y bonachón, fértil poeta, que otras adaptaciones han hecho
de su persona (Ardiente paciencia, de
Antonio Skármeta, 1983, que más tarde se volvería a publicar con el título más
conocido de El cartero de Neruda.) Se
discierne así la dicotomía entre la vida pública y la vida privada del poeta. En
definitiva, Fasce da la visión de un ser humano con sus virtudes y defectos, más
cercana al hombre que verdaderamente fue. Pues es esta una ficción con
personajes reales, ambientada entre 1953 y 1961, en la casa que el poeta
chileno tenía en Isla Negra e inspirada por la lectura de una biografía de
Delia del Carril por parte de la autora. Tercera novela de María Fasce (1969),
nacida en Buenos Aires y residente en Madrid, directora literaria de Alfaguara
y escritora, con una cumplida trayectoria –relatos, novelas y una obra de
teatro– además de traductora, periodista, crítica literaria y de cine.
Sin embargo, no es Neruda el
protagonista de esta historia, como el propio título anuncia, sino que la trama
se desarrolla en torno a Elisa Luna, una adolescente que llega a Isla Negra
desde Temuco con su madre Raquel, como asistenta, una mujer invisible a ojos de
Pablo, aunque guarde un gran secreto; y se sustenta de las diferentes mujeres
que pasan por la casa y la vida del escritor chileno en este periodo. Además de
estas dos, la aristócrata argentina Delia del Carril, esposa de Neruda, veinte
años mayor que él, y la amante de este, Matilde Urrutia, con la que finalmente
también se casará. Elisa vive impresionada por la sofisticación de Delia,
quiere parecerse a ella e incluso acepta permanecer en la casa sin su madre por
quedarse bajo su protección. No en vano Delia era apodada la Hormiga, por su
pequeña estatura y su acción frenética, una verdadera activista comunista que
influyó en las ideas políticas de Neruda. Y la entrega de esta a Pablo era
completa, pues comprende y acepta todas sus debilidades, haciendo las veces de
la madre que él perdió prematuramente. Pero las infidelidades del poeta son
constantes, Elisa las espía entre los objetos de la recargada casa, a la vez
que se empapa de su poesía y accede a los libros de la biblioteca. Aprende el
uso de las buenas costumbres y el gusto literario de la mano de Delia. Así, la
chica aborrece a Matilde, que le parece vulgar y superficial. Se puede
considerar que el matrimonio con Delia llegó a ser de conveniencia, el poeta
con cincuenta años vivía su amor real con Matilde y Delia, a sus setenta,
simplemente mantenía el vínculo legal con el marido. Sin embargo, la situación
se hace insostenible después de dieciocho años de feliz convivencia y, tras una
dolorosa separación, ríos de tinta verde con la que escribía Neruda, Delia se
refugia en su añorado París. Al mismo tiempo que todo esto ocurre, asistimos a
la evolución de la joven, que en la casa pasa de adolescente a mujer,
descubriendo su cuerpo, el deseo y el amor, y hundiéndose sin darse cuenta en
una espiral que la aleja de sus raíces. Después de unos años, tras una estancia
en París, Elisa regresa a Isla Negra para reconciliarse con su pasado.
Es destacable en esta novela de
construcción y prosa sencillas, casi poética, la descripción de diferentes
tipos de feminidad. Si bien la narradora es Elisa y su punto de vista es el
prisma por el que todo el relato se filtra, aparecen tipos diferenciados de
mujer, todas ellas marcadas de una forma u otra por el carismático y seductor
Pablo Neruda: la mujer sufridora en silencio (Raquel), la esposa culta,
elegante y sensible (Delia), la amante pasional y vulgar (Matilde) y la joven mujer
que madura, abandona su infancia y se encuentra consigo misma (Elisa), influida
esta por todas las demás. Las mujeres de Neruda en este espacio de tiempo que
la novela recrea, pero que fue un continuo en la vida del poeta, hombre
enamoradizo e inspirado en numerosas musas. Un poeta que escribió versos
memorables y también algunos malos versos, como todo gran artista.
La novela, como se viene diciendo,
se basa en personajes y situaciones reales, si bien la autora se ha tomado la
libertad de modificar los tiempos en que algunas cosas sucedieron
verdaderamente, inventando además hechos y situaciones a favor de la ficción
literaria. Así, el relato queda dividido en cuatro partes. La primera, a lo
largo de veintisiete capítulos, cuenta la llegada de Elisa y Raquel a la casa
de Neruda en Isla Negra, cómo la niña va descubriendo la intimidad de los
rincones, extrañándose de las reacciones que a veces percibe en su prudente
madre, y conociendo al hombre que escribe versos siempre con tinta verde. Poco
tiempo después, llega también Delia, la esposa, una mujer brillante que llena
la casa con su elegancia, su perfume y sus cuadros. En la segunda parte, de
catorce capítulos, se relata el proceso de maduración de Elisa, su relación con
Aldo, la decisión de quedarse sin su madre y el viaje que tendrá que hacer a
Temuco por motivos de la salud de esta. Los quince capítulos de la tercera
parte narran la estancia de Elisa en París, su reencuentro con Delia, su
matrimonio con Philippe, su descenso a los infiernos. Para volver a Isla Negra,
en la cuarta parte, de ocho capítulos, y comprender todo lo que había estado
martirizándola.
Por
lo que respecta al estilo, no hay duda, y ella misma lo confiesa, que María
Fasce es seguidora y admiradora de autores norteamericanos como Capote,
Fitzgerald, Cheever, Carver o Hemingway; se adivina así en la sencillez del
vocabulario, claridad sintáctica y prosa fluida, de modo que el lector queda
atrapado por la historia, sin que su atención se desvíe con los artificios del
lenguaje. Capítulos breves, que sugieren entre líneas secretos que el lector
intuye y poco a poco irá desvelando. No obstante esta naturalidad lingüística,
encontramos en la novela descripciones estéticas bellísimas, que destilan
sensibilidad y conmueven el corazón. Una narración desnuda, que no deja
indiferente, para deleitarse con su lectura, conocer una parte más oscura del célebre
poeta chileno y, más allá, reflexionar sobre cómo actuamos y lo que
verdaderamente somos.
¡Feliz lectura!
CDR
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