Vistas de página en total

miércoles, 11 de abril de 2018

HIPÉRBOLE

Érase un hombre y una mujer y un niño...
a un móvil pegados —o a cualquier dispositivo—,
érase una incomunicación superlativa,
érase un mundo sin afectos,
érase un mundo global, árido y frío.

Era una paradoja muy abultada,
érase un hablar sin decir nada,
érase un vacío de miradas,
era la inteligencia más que postrada.

Érase el colmo de la soledad,
érase un exagerado aislamiento,
el océano y el desierto, sordos de verdad.

Érase que se era la desinformación,
en la era de la información, amigos,
me gusta y seguidores, desconocidos.

No pretendo imitar a Quevedo,
ni esto es un soneto,
expresar el desconcierto es lo que quiero,
que me produce este sinsentido
con que me encuentro,
cada día, en cada esquina,
a veces hasta conmigo misma.

Hipérbole hiperbólica
de esta sociedad neurótica,
no somos islas
ni antenas parabólicas,
humanos somos
para disfrutar del entorno,
los unos de los otros,
en vivo y en directo,
que la vida es lo que pasa
mientras nos abduce la pantalla.

CDR

No hay comentarios:

Publicar un comentario