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domingo, 23 de diciembre de 2012

MUJERES: LA VIVEZA DE LOS SENTIMIENTOS

A lo largo de la historia son muchísimas las mujeres que han compuesto poesía sin que de ellas nada haya trascendido. Florencia Pinar es una de las pocas escritoras castellanas conocidas del siglo XV. Considerada principalmente por su maestría en el lenguaje figurado, fue la única mujer recogida en la recopilación del Cancionero, pues fue autora de canciones y glosas. Además, también fue la primera fémina que participó en las justas poéticas que se celebraban en los grandes festejos de la época. Debió de ser una poetisa famosa en su momento, ya que el hecho de que se conserven siete poemas con su nombre no es común en estos años. De su vida poco se sabe, si bien se deduce que perteneció a la clase alta, atendiendo a la formación que muestra. Aparece como dama de la corte de Isabel la Católica.

La poesía de Florencia Pinar habla sobre todo del amor y del deseo, con el uso de alusiones a la sexualidad, a través de crudas metonimias para expresar sus sentimientos. Su estilo muestra una magnífica habilidad con el lenguaje para exponer la doble naturaleza del amor, fuente de placer pero también de dolor. Su peculiaridad femenina se nota en el hecho de expresar sentimientos propios y singulares, alejados de los tópicos que sus homónimos masculinos utilizaban en la época. Asimismo, destaca la poesía de Pinar por su fuerte simbolismo y su ambigüedad, puesto que no queda claro si el amor descrito es platónico, como correspondería a una mujer de su tiempo y condición, o más bien un amor carnal.

Aquí una muestra de la fuerza de su pasión:

El amor ha tales mañas
que quien no se guarda de ellas,
si le entra en las entrañas
no puede salir sin ellas.

El amor es un gusano,
bien mirada su figura:
es un cáncer de natura
que come todo lo sano.

Por sus burlas, por sus sañas,
de él se dan tales querellas
que, si entra en las entrañas,
no puede salir sin ellas.

Y su canción más conocida:

De estas aves su nación
es cantar con alegría,
y de verlas en prisión
siento yo grave pasión,
sin sentir nadie la mía.

Ellas lloran que se vieron
sin temor de ser cautivas,
y a quien eran más esquivas
esos mismos las prendieron.

Sus nombres mi vida son,
que va perdiendo alegría,
y de verlas en prisión
siento yo grave pasión
sin sentir nadie la mía.

La autora se conduele del cautiverio de estas avecillas, tan semejante al que ella misma siente por amor.

Estas imágenes de animales pueden estar inspiradas en la tradición de los bestiarios medievales y se interpretan como símbolos eróticos que encubren la pasión amorosa de la dama  -la perdiz simboliza la promiscuidad femenina, mientras que el gusano sería una representación fálica.-

Una huella femenina señera en nuestro Cancionero.

CDR
 

2 comentarios:

  1. Mujeres necesarias en la Historia de la Literatura. Excelente recuperación.
    Pmd.

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  2. Puede que esté entre lo platónico y lo carnal, me inclino más por el primero.
    Tati.

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