¿Cuántas
mujeres siguen, en pleno siglo XXI, bajo la mirada omnipotente y omnipresente
del hombre? ¿Es ese nuestro destino como descendientes de Eva, de Lilith, de
Gea? Afortunadamente, existen voces como la de Alja Adam (Liubliana, 1976) que
se alzan con una feminidad apoteósica y autosuficiente, como un fuerte golpe en
la mesa de lo convenido. Licenciada en Literatura Comparada y Sociología de la
cultura, y doctorada en teorías feministas, la verdadera vocación de esta
eslovena siempre ha sido la poesía. En su segundo libro, Por qué mencionar a Aquiles, de 2008, publicado ahora por la
editorial e.d.a., se nos muestra el mundo a través de unos ojos de mujer,
reivindicando el hecho de no aceptar los mitos -básicamente masculinos-, para
sumergirse en los recuerdos de la niñez, reflexionar como adulta y vislumbrar
una inevitable vejez. Poemas de una esencialidad tal que se cuelan en nuestro
interior a la vez que respiramos mientras los leemos.
El amor, la rutina, la vida, la muerte, el miedo, el mundo actual son temas candentes en estas poesías íntimas y directas. Alja Adam se desvincula de los yugos masculinos y vuela libre por unas páginas cargadas de sensualidad y crudeza.
Como una marrana en el barro
me revuelco en tu impotencia,
cada observación
crítica que te dedico
es la moneda que clavas
en mis entrañas oscuras.
("La lucha")
Una lírica atravesada en ocasiones por la narrativa, siempre por la frescura y la visión personal de su joven autora.
CDR
Felicísima feminidad.
ResponderEliminarPmd.
Si toda su poesía es como la que dejas reflejada en estos versos, bendita feminidad.
ResponderEliminarTati.