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sábado, 9 de febrero de 2013

FEMINIDAD

¿Cuántas mujeres siguen, en pleno siglo XXI, bajo la mirada omnipotente y omnipresente del hombre? ¿Es ese nuestro destino como descendientes de Eva, de Lilith, de Gea? Afortunadamente, existen voces como la de Alja Adam (Liubliana, 1976) que se alzan con una feminidad apoteósica y autosuficiente, como un fuerte golpe en la mesa de lo convenido. Licenciada en Literatura Comparada y Sociología de la cultura, y doctorada en teorías feministas, la verdadera vocación de esta eslovena siempre ha sido la poesía. En su segundo libro, Por qué mencionar a Aquiles, de 2008, publicado ahora por la editorial e.d.a., se nos muestra el mundo a través de unos ojos de mujer, reivindicando el hecho de no aceptar los mitos -básicamente masculinos-, para sumergirse en los recuerdos de la niñez, reflexionar como adulta y vislumbrar una inevitable vejez. Poemas de una esencialidad tal que se cuelan en nuestro interior a la vez que respiramos mientras los leemos.
El amor, la rutina, la vida, la muerte, el miedo, el mundo actual son temas candentes en estas poesías íntimas y directas. Alja Adam se desvincula de los yugos masculinos y vuela libre por unas páginas cargadas de sensualidad y crudeza.
Como una marrana en el barro
me revuelco en tu impotencia,
cada observación
crítica que te dedico
es la moneda que clavas
en mis entrañas oscuras.
("La lucha")
Una lírica atravesada en ocasiones por la narrativa, siempre por la frescura y la visión personal de su joven autora.
CDR 

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