Entre besos y abrazos fuimos concebidos,
recibidos al llegar a este mundo
entre besos y abrazos,
que enseñaron a nuestra piel
los primeros afectos
y estabilizaron nuestra microflora,
porque somos animales de sangre caliente
y necesitamos el contacto para mantener
nuestras constantes, si no vitales,
aunque al principio incluso,
biológicas y ambientales.
Los primeros años de vida el remedio a todos los males
es el contacto directo con la madre,
besos y abrazos, piel con piel, corazón contra corazón,
bienestar, calidez, amor de calidad,
necesidad recíproca, dar y recibir
un poder reconfortante.
Y después también, pero lo olvidamos,
nos encorsetamos,
no hace falta estar enamorado,
pareja, sí, pero hijos, amigos, familia,
¿por qué no, desconocidos?
Huele, siente y sabrás si te conviene.
Si eres un ser solitario,
estés o no estés solo,
da igual que estés acostumbrado,
no naciste así, lo aprendiste después,
serás más débil y enfermarás más,
puede que mueras más joven.
¿Vergüenza?, ¿pudor?
Deja la inhibición y vuelve a tu niño interior,
achuchones, risas, fuertes abrazos y besos por todos lados.
Desbloquéate, que salgan tus emociones, que aumenten tu salud,
tu felicidad, tu bienestar.
Toca,
usa tus manos, pide otras manos,
masajea, explora, sé descubierto,
abraza,
abréte a los abrazos, pierdéte en unos brazos,
besa,
usa los labios, busca besos,
contacto
con tacto.
CDR
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